Ya no me encuentro preguntando como dar, por fin comparto por el miedo de perder, el milagro de tus caricias llegando el amanecer. Ya no me encuentro contestando un 'yo que sé', por fin entiendo que en tus redes yo caí. Ya no me encuentro preguntandome 'por qué', por fin entiendo de una vez el porque sí. Porque te ví, te dejé entrar, cerre la puerta y te elegí. Porque esos dos faroles pueden hacer, que si estoy fané, las pequeñas cosas se bañen del brillo de esa ternura que transmitís cuando me mirás.